
"Estoy ilusionado. Será fundamental ponerme a punto para poder tener un buen semestre". Gustavo Oberman sueña. Quiere volver a ser aquel delantero que deslumbró al mundo futbolístico.
Sus gambetas y desbordes hicieron que fuese convocado a la Selección Sub 20 y tras consagrarse en el Mundial de Holanda 2005, con Messi y Agüero, le llegó lo mejor: la transferencia a River. Claro, su paso por Núñez no fue para nada bueno y a mitad del año pasado regresó a La Paternal.
Sin embargo, hasta ahora, tampoco pudo revalidar lo que había hecho en sus inicios.
—¿Hay bronca por no haber jugado lo esperado en el torneo pasado?
—A cualquier jugador que no juega le da bronca. Ojo, el técnico me dio chances en las que algunas veces me fue mejor que otras. Después, decidió no ponerme y lo acepté.
—¿Te equivocaste al irte tan joven a River?
—No. Es que fue un año muy raro para ellos y estaban pasando cosas que no suelen pasar. No ganar títulos, por ejemplo. Yo fui en un año en el que tuvieron tres técnicos en 12 meses. Para mí no fue bueno.
—No volverías más...
—Es difícil cuando un técnico te dice que no te quiere. Encima, en un principio me habían comprado. Después se echaron atrás.
—¿Los dirigentes se portaron mal con vos?
—No sé si mal. Acá hay algo claro: los jugadores somos un negocio y cuando el negocio no te sirve, lo cerrás. Si vos ponés un kiosko que no te da plata, chau. Y eso me hicieron.
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